Oh el entretiempo. Una época difícil para vestir. No hace calor. Tampoco frío. O hace frío a en los picos del día tan sólo para dar paso a un calor infernal en las máximas horas de sol. Puede llover sin hacer frío o ser un día soleado y despejado pero lleno de un viento bastante fresco. En definitiva, las épocas de transición estacional que no hacen fácil la tarea de vestirse. Si bien ya hemos cubierto los puntos básicos sobre cómo hacerlo en la Guía del Entretiempo, nunca está de más el volver a repasarlo ahora que en el hemisferio norte el verano ha terminado, dando paso al otoño y en sur pasa justamente al contrario y le están dando la bienvenida a la primavera.
La clave para mantener el estilo en estas etapas sin sufrir es siempre tener en cuenta dos factores: el clima de donde vives y la estación de la que estás partiendo.
¿Por qué? Porque el clima de donde vives es el que te dará mayor o menor margen de maniobra y es el que hace que estén o no marcadas las estaciones. No podría decirle a una persona que vive en Cancún, Málaga o Cartagena de Indias, todas ciudades frente al mar que son cálidas prácticamente todo el año, que se valga de las mismas prendas y trucos de alguien que vive en Madrid, Santiago, Buenos Aires o la Ciudad de México, todas ciudades con climas continentales que aunque diversos marcan perfectamente las estaciones y no mantienen un clima estable durante todo el año.
El segundo factor a tomar en cuenta es la estación de la que vienes y a la que vas. No es lo mismo pasar del verano al otoño (donde las primeras semanas aún hará algo de calor) que de invierno a primavera (donde al contrario, se mantendrá el frío durante las primeras semanas) y esto se debe tomar en cuenta porque, sobre todo en las primeras semanas de transición, puedes valerte aún de prendas de la estación que estás dejando atrás. Si el invierno se está alejando, no es aún tiempo de abandonar los jerseys, sweaters y bufandas. Si el verano es el que estás dejando atrás, puedes sacarle provecho a esa sahariana que has estado usando.
LA CLAVE:
La clave para tener un guardarropa funcional en general es la versatilidad y la verdad sea dicha, las prendas hechas de fibras naturales son las que mayor versatilidad tienen. Guardan calor mucho mejor que las sintéticas y sobre todo, dejan respirar a tu piel en todo momento. Por lo que la recomendación máxima para vestirse en entretiempo, es que utilices ropa de naturaleza versátil y por supuesto acorde al clima que tengas esperado vaya a presentarse. Entendiendo esto, hay piezas que por su naturaleza se prestan mucho mejor para ese clima versátil.
En mi caso, la transición verano-otoño trae al lugar donde vivo una ligera semana de lluvias. No obstante el clima no deja de sentirse algo caliente por momentos, por lo que me valgo de una prenda masculina por antonomasia en un tejido muy respirable, pero impermeable, que me permite sobrevivir: la gabardina o trenchcoat.
Pero mi gabardina de elección para este periodo de transición no es la típica gabardina que cualquiera se imaginaría, sino que posee todos los detalles para garantizar mi comodidad mientras llueve o ventea y que no me acalore al momento de que no sucede así: Es una gabardina hecha 100% de algodón, sin forro, apenas más larga que una americana o un blazer regular y con una sola línea de botones, por lo que es perfecta para cuando llueve o hace viento pero el clima no es frío en sí mismo, es decir, es una de mis prendas ideales en el cambio verano-otoño.
Para complementar el outfit por supuesto, pantalones de vestir en una tela media, una camisa button down en 100% algodón y ya que era momento de lluvia: botas. En momentos así es cuando tenemos que sacar el lado más utilitario de nuestras prendas, pero sin renunciar al estilo.
En cambio, si este fuera un atuendo de Invierno a Primavera, probablemente cambiaría al menos un par de cosas: cambiaría la gabardina de una sola hilera de botones por una cruzada, con forro (elementos que ayudarán a mantener el calor pues añaden más capas de tela) y por supuesto: añadiría cuando menos una capa más de prendas al atuendo (un blazer, jersey, americana o saco) para garantizar mantener a raya el frío invernal que se mantiene durante las primeras semanas de la primavera, mismas en que se disipará dando paso al calor.
Ahora bien, la gabardina, con o sin forro, cruzada o simple es perfecta para cuando ventea o llueve, por ser ligera y mantener cierta estética y estilo sin calentar de más, no obstante, en las primeras semanas de primavera, aún puedes usar tus abrigos de lana más ligeros, debido a lo que expuse en el punto anterior, la gabardina no está hecha para aguantar el frío más inclemente. Es una prenda media según su construcción, de clara inspiración y estética sartorial, pero que se limita a ser precisamente una prenda de entretiempo, de lluvia o para ciudades ventosas. Así pues, si vives en un sitio como Galicia o Navarra, seguramente te vendrá muy bien durante prácticamente todo el año, pero si en cambio donde vives los inviernos son duros y los otoños bastante fríos te recomendaría usar algo más conforme con el clima. Si vives en cambio, en zonas donde el invierno apenas y es perceptible, esta prenda incluso podría servirte para esa estación.
¿Cuánto dura el entretiempo?
Esta es la pregunta de la intuición. Dependiendo de dónde vives, el frío otoñal o la calidez primaveral podrán llevar antes o después. Yo diría que las primeras dos semanas normalmente son el estándar, pudiendo extenderse el entretiempo hasta un mes (gracias cambio climático) pero lo cierto es, que tus sensaciones te irán dando la pauta. Habrá un día en que las prendas de entretiempo te serán insuficientes (te dará frío o calor) y será a partir de entonces que cambiarás tu vestuario y combinaciones por las de la estación fría o caliente.
Y tú, ¿Qué usarás en este entretiempo?
Recuerda que si tienes dudas puedes contactarnos vía e-mail, en Instagram y en nuestra home page. Sin más por el momento me despido deseándote un día lleno de estilo y una vida sartorial.