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Outfits con las tres camisas que necesitas Parte II: Formal y de Negocios
Actualizado: 25 feb 2021
MISMA PRENDA, DIFERENTES EVENTOS:
Una vez que sabes qué camisas son las básicas en el guardarropa masculino, pasemos ahora a probar por qué lo son así: tres camisas con tres códigos de vestimenta para un total de nueve outfits que demuestran precisamente el universo de posibilidades que permite nuestra prenda favorita. Ya has visto cómo usarlas de manera casual. Ahora es el turno de los outfits con un necesario y sartorial toque arreglado.
PARTE II: FORMAL Y DE NEGOCIOS
El Business Casual (o Semiformal ):
La ropa ideal para hacer negocios y para aquellas ocasiones en que es necesario ponerse guapo sin usar traje, debe demostrar al mismo tiempo la seriedad que le damos a esas ocasiones, y al mismo tiempo el ambiente medianamente relajado y de apertura que permea ahora en esos círculos y es, en mí opinión, el más versátil de los estilos, pues dependiendo de la ocasión te permite inventar, innovar y probar combinaciones sin tener que llegar al nivel de rígida formalidad que otros códigos más elevados necesitan. Puede ir desde una reunión lounge con la familia de tu novia hasta una cita a solas con esa chica que te gustaría te diera el sí, a una comida de negocios o algún evento que requiera cierta formalidad sin ser tan estricto.
1.- Una tarde en un café:
En mi opinión este es un look de manual para una primera cita en tiempos de calor (con frío claro que añadiremos una capa más cuando menos) y en un escenario de vestimenta libre (Si vas a un lugar con un código de vestimenta rígido, te tendrás que atener al mismo) debido a que es al mismo tiempo arreglado y bien pulido (llevas pantalones, zapatos y camisa de vestir después de todo) pero tiene cierto toque desenfadado que en lo personal me encanta y no te hace parecer como que estás tratando demasiado, asimismo, el uso de un color atractivo y masculino como el azul le da ciertamente un plus.

Al utilizar este atuendo sin chaqueta, el centro visual del mismo será precisamente nuestra camisa en azul claro, que resalta de los pantalones oscuros, en combo con el cinto y los zapatos. Estos últimos, Monkstraps en un color marrón muy rojizo que nos hace recordar la madera de cedro rojo más fina sólo resaltan más con el azul marino de los pantalones, hechos en un corte ligeramente moderno, creando una impresión visual armoniosa y elegante (Ya hemos hablado antes del romance entre los marrones y sus derivados con los azules) que no se corta con los calcetines en tonos de grises y azules.
Este outfit además, nos sirve de base para usarlo todo el año, al igual que aquel con las botas con que comenzamos el bloque de atuendos anterior, pero ciertamente elevando el código de vestimenta. Para Primavera-Verano podemos ponernos una chaqueta de lino en gris claro o en tonos crema, arena y off-white o una sahariana en beige, para Otoño podríamos hacerlo girar mucho más hacia el área casual, pues podríamos ponernos una chaqueta de piel, cuero o ante o si se gira más a lo clásico algún saco o americana sport en tweed y para invierno quedaría espléndido con un abrigo color caramelo, de pelo de camello. Es sin duda un Look Base para las cuatro estaciones y en verano, si el momento lo permite, podríamos, por supuesto, remangar la camisa o en cambio puede elevarse usando la chaqueta adecuada y añadiéndole una corbata para transformarlo en un look de negocios total:

2. Algo de Sprezzatura:
Las ventajas de un guardarropa clásico es que posee por sí mismo tantas y tantas opciones diferentes y fórmulas comprobadas que realmente facilita poner algo de toque personal a las cosas. El siguiente atuendo, cuya base fundamental es la camisa blanca con cuello americano (button down) es la prueba viviente de ello:

Si bien la camisa es nuestro lienzo base, el hecho de utilizarla con el clásico combo compuesto por un pantalón de vestir gris y una chaqueta azul marino (en este caso una chaqueta cruzada en un tejido Hopsack y con bolsillos de parche que la hacen más casual) una combinación que es conocida por muchos como "El uniforme", debido a lo clásico de sus tonos , sólo hace que sea aún más evidente lo versátil que puede ser. En este caso, el cuello botton down nos ayuda bastante para hacer que la pieza que más destaca de todo el atuendo (el gazné en el cuello) brille más, pues está diseñado para usarse abierto.
Como detalles que terminan de encajar todo repetimos los Monkstrap en color marrón rojizo o Oxblood y por supuesto añadimos un pañuelo que encaja todo, al incorporar tonos de rojo, azul y dorado, para darle el último empujón de perfeccionismo a un outfit lleno se sofisticasión casual, detalles sartoriales y cierto dandismo despreocupado: Sprezzatura pura.
3.- El toque Preppy:
Sí el atuendo anterior era un ejemplo del llamado Menswear Uniform, este sigue completa y absolutamente esas vibras, usando la paleta de colores de alguna Prep School estadounidense. Sustituimos la chaqueta cruzada por un Blazer en una lana de color azul marino muy oscuro, la camisa botton down por la camisa blanca con cuello italiano, y sustituyendo los pantalones de vestir en gris oxford, nos pondremos unos chinos en beige y corte moderno, y para rematar por supuesto loafers. La elección obvia habría sido la de usar Penny Loafers, pero quise darle un twist de mi propio estilo utilizando mis horsebit loafers favoritos, en piel de venado, que combinaban con mi cinto, claramente un cinto ligeramente más informal.

Pero el centro de este outfit (de clara inspiración colegial y en exceso prep, tan es así que llevo mi rostro limpio y sin mi amado bigote de Porfirio Díaz o del Káiser Wilhelm II) es claramente la corbata roja a rayas, uno de los símbolos por excelencia del estilo Preppy (y Ivy por supuesto), por ello y para que este elemento brillase por sí mismo, escogí un pañuelo de bolsillo que fuera con la paleta de colores de los pantalones y la camisa. Por ello el pañuelo que verás sobre mi blazer es de color más bien crema, en lugar de ser de algún color entre rojizo y azul como en el outfit anterior, donde mi pañuelo de bolsillo funcionaba completamente con el gazné que llevaba en el cuello.
Realmente este atuendo es un clásico total. Puede elevarse más (si usamos pantalones de vestir y zapatos cerrados por ejemplo) o hacerlo aún más casual (quitándonos la corbata) pero lo cierto es, que el combo de pantalón en beige o khaki, camisa blanca y blazer en azul marino logra un atuendo de manual y es una carrera corta para el Business Casual. Tenía que ilustrarlo. Además, con esto puesto, es difícil evitar pensar en series como Gossip Girl ó Elite.
La Elegante Formalidad:
Ese atuendo elegante, pero a fin de cuentas formal. Las ocasiones formales nos permiten lucir lo mejor de nosotros, deben ser vitrina de nuestra mayor habilidad para manejar con sutileza y clase los elementos de que disponemos y con ellos crear un atuendo que refleje nuestra personalidad y la importancia que le damos a la situación y de que nos revestimos en ella misma. Enaltecemos el lugar y el momento y con ello también enaltecemos nuestra presencia, la presencia inolvidable de estar frente a un caballero bien vestido. Hay algunas donde podemos sacar más el estilo y detalles personales, que normalmente coinciden con aquellas más bien festivas (pero no siempre) y otras, más formales y estrictas, casi siempre laborales,
1.- Smooth Criminal para un evento de verano:
Utilizar un traje en la gama del blanco es para muchos, una declaración de estilo total en sí misma, pero para eventos de día en una estación calurosa, la verdad es que se me ocurren pocas piezas de sastrería que pueden servir mejor. Más aún si, como el de un servidor, el traje que usarás es de una tela de verano, como Lino o alguna mezcla de Lino con algodón, de algodón mismo o de Lana fresco o tropical. El utilizar un traje en blanco no es ningún reto grande si se sabe qué se está haciendo. Y los básicos, como nuestra camisa en azul de cuello italiano, nos vendrán excelente.

Claramente la pieza central del atuendo es el traje mismo, por eso las demás piezas tan sólo deben complementarlo y actuar en armonía entre ellas. Yo me valí de mi color favorito: el azul, aprovechando que teníamos esa camisa. Como quedó demostrado en primer look de la sección Business, el azul claro y el azul marino se complementan excelente. Ahora, es verano, por lo que decidí llevar la combinación al plano utilitario. La corbata en azul marino tejida, da una vibra más casual y al ser ciertamente más ligera y deja pasar mejor el aire que nuestra clásica corbata de seda con forro, por lo que era una elección lógica y estilísticamente adecuada por color, textura y configuración. Los zapatos, slippers en ante trenzado, también en azul marino, me parecieron la manera perfecta de encuadrar el traje. Dado que no era un evento tan estricto, los usé con calcetines cortos invisibles dándome la frescura de un look descalzo. Y por último, mi pañuelo, con una cara azul rey y una cara blanca, me pareció perfecto para hacer la transición entre el color amarfilado del traje y la camisa azul claro, justo añadiendo estos dos colores tan cercanos a los mismos.
Este fue sin duda mi look favorito con la camisa azul (aunque es probablemente el menos versátil) que prueba qué tanto puedes elevar un básico para hacerlo ver sofisticado.
2.- Discreto pero Elegante:
A la hora de ir a trabajar, debemos escoger el atuendo adecuado que cumpla con las normas de la oficina y que muestre lo aptos que estamos para ir a romperla cada día, para muchos, el código de vestimenta laboral puede rayar en lo conservador e incluso aburrido en algunas ocasiones, pero, aún con los colores de una paleta tradicional de oficina, esto no tiene por qué ser así. Y uno de los básicos por antonomasia del guardarropa masculino (un traje gris oxford) se puede convertir en un distintivo de clase y sobria elegancia.

Tenemos entonces un look de lo más sobrio, pero con toques que lo hacen resaltar. Todo está en los detalles. Para el observador atento, serán cuatro, para el que no se detenga a mirar, serán tan sólo tres, pero el cuarto elemento es el importante. La corbata, de entrada, en seda negra con rayas plateadas, sobre nuestra camisa blanca de toda la vida, es sin duda el punto focal del atuendo. Las corbatas a rayas (de origen militar por cierto) son sin duda son toda una estampa del hombre de negocios y en mi particular punto de vista, son un símbolo no sólo de elegancia, sino de poder. Y es precisamente en la corbata donde encontramos el cuarto color: negro en los zapatos, el cinto y en el cuerpo de la misma corbata, blanco para la camisa y el pañuelo, gris para el traje y plata en las rayas de la corbata, en la hebilla del cinturón y en el anillo y la caja del reloj de vestir que llevo en mi mano izquierda, todos accesorios, sí, pero que pueden hacer la diferencia para sacar de lo común y lo monótono un atuendo de otra forma excesivamente tradicional.
Este atuendo es sin duda el más tradicional de esta última tercia y en ese sentido quizás el más formal debido a que por la paleta de colores elegida pasa mejor de día a noche. Los detalles lo hacen todo aquí: los zapatos, Oxfords en negro bien boleados, son la elección por antonomasia de los looks más formales, el pañuelo de bolsillo, de seda blanca, está doblado en lo que los americanos llaman el doblez presidencial, la manera más discreta que existe de llevar un pañuelo y el reloj elegido, es un reloj de vestir, simple, delgado y en una correa de piel negra. Todo embona a la perfección y se eleva por los detalles que lo conforman.
3.- Modo Wall Street:
Si lo tuyo son los atuendos de oficina, en mi opinión, tu máxima aspiración debería ser un traje en raya diplomática. Es sofisticado, elegante, discreto y al mismo tiempo le grita al mundo la palabra Poder. Es el look por antonomasia de Wall Street (véase Jordan Belfort, Gordon Gekko, Chuck Bass o Patrick Bateman) que han usado favoritos de este sitio como David Beckham, Johannes Huebl, David Gandy o Brian Sacawa. Y la manera en la que lo combinamos, ciertamente muy americana por el cuello de la camisa, con una corbata todo menos discreta, lo hará lucir. Y bastante.

El usar un camisa botton down con corbata le da un toque ciertamente diferente a cualquier look formal porque envuelve de manera diferente el nudo de la misma, en este caso un nudo Windsor con hoyuelo o cucharilla. La corbata misma debía reafirmar el mensaje poderoso del traje, por ello elegí una en seda dorada con patrón llamativo. Complementándola y haciendo juego con ella están mi reloj dorado, y mi pañuelo en un tono más bien marfil que la deja ser el centro del atuendo y si bien la opción obvia de calzado habría sido repetir con los oxford en negro, decidí darle un twist que, de nuevo encuadrase el traje haciéndolo destacar. Por elegi mi par de Oxfords más vintage, en un marrón claro y con cierta pátina que se nota sobre todo en las puntas, tras un crackeado boleado.
¿La Conclusión?
Creo que las imágenes hablan por sí mismas, con las tres mismas camisas salimos adelante en nueve situaciones diferentes y siendo tan versátiles como son, me es difícil (si no es que imposible) pensar en una situación dentro de estos tres códigos de vestimenta (que siendo francos serán el 99% de los días de nuestra vida) en que no pueda usarse alguna de estas. Como lo dije, son básicas para el armario y te sacarán de cualquier apuro.
¿Tú que opinas de las camisas Astyler? ¿Añadirías alguna otra como básico indispensable a tu tercia mágica? Yo por el momento me despido de esta, deseándote un gran día.
Encuentra tu Estilo.