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De Gabardina: Todo sobre el Trenchcoat

En el guardarropa masculino, hay prendas clásicas por definición. Una de estas, sin duda alguna, es el trenchcoat o como es conocida en todo el Mundo Hispánico debido al tejido de que está hecha: la gabardina.



Creada como una prenda militar (como muchísimas de las prendas clásicas del guardarropa masculino, como la Sahariana o la Chaqueta de Piel) en la Inglaterra de finales del Siglo XIX, siendo Thomas Burberry (sí, ese Burberry) el inventor del tipo de tela que la hace tan particular, la gabardina: una variante de algodón aislante que resiste la lluvia y el viento. No es de extrañarse que al tener estas características se haya hecho de un nombre al ser utilizado por los oficiales en las lodosas trincheras (de allí su nombre en inglés) de Francia y Bélgica en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) pasando luego a ser una estampa de las películas de Hollywood de la década posterior. (véase Humphrey Bogart) Hoy hablaremos sobre las características que distinguen a esta prenda, el cómo usarla y por supuesto, si es o no conveniente añadirla a tu guardarropa.


Lo que hace a una gabardina, una gabardina:


De entrada, el tejido es la base, debe ser o bien de algodón 100% o bien de alguna mezcla donde el algodón sea predominante. Esto es vital debido a que de otra manera podría ser excesivamente aislante para tu cuerpo, que si bien debe estar protegido de la lluvia o el viento helado, también debe respirar. Aclarado esto, hay gabardinas muy apartadas de su origen y estética militar y otras que fácilmente podrían viajar al pasado e incorporarse al ejército británico de la Gran Guerra.



Dicho lo anterior, la gabardina más tradicional contará con elementos que la distinguen muy claramente de cualquier otro abrigo o chaqueta y que revelan su origen bélico: De arriba a abajo: contará con charreteras (epaulettes) en los hombros, unidas a estos por algún botón, en el cuello, que abierto parecerá una solapa ancha, tendrá un corchete o gancho para unir más firmemente los dos lados de este al cerrarse en torno a tí. En la parte superior derecha del pecho tendrá una pieza extra de tela que en su momento fue diseñada para proteger un rifle de la lluvia (de allí su nombre en Inglés, Gun Flap, literalmente "solapa de arma") y por supuesto, una gabardina tradicional contará con dos elementos que la hacen muy característica: las dos hileras de botones y el cinturón, que si bien puede ceñirse, la manera más agradable a la vista (y más práctica) de usarlo es anudándolo.



Ahora bien, el hecho de que una gabardina no cuente con todos los elementos militares tradicionales no la hace menos práctica o menos elegante, quizás si le quita algo de personalidad y de carácter, pero eso varía según el estilo personal de cada persona. Lo cierto es que encontrarás gabardinas más sencillas que tan sólo poseen la silueta y la tela como delatores de su identidad, como la que verás a continuación:



Ahora que conoces los elementos de la versión militar y de la versión sencilla de la gabardina, será tu decisión, de acuerdo a tu estilo, elegir tu variante. Ahora pasemos a lo siguiente: cómo, cuándo y dónde usarla.


¿Cómo usar una gabardina?


Lo cierto es que la gabardina es un abrigo. Un abrigo ligero y más bien diseñado para ser impermeable, pero ultimadamente un abrigo. No es precisamente la pieza más casual del espectro (sobre todo en colores oscuros) pero puede ser bastante versátil. La combinación más obvia que hay (y que es probablemente más usada por los hombres de negocios) es utilizarla sobre un traje o combinación sport, pero también puede ser usada, sobre todo el clásico tono beige, con pantalones chinos e incluso jeans, acompañados por supuesto de prendas más casuales. La clave será la de combinarla de la manera adecuada en cuanto a color, configuración y largo, ya que estos determinan el nivel de formalidad de la prenda, me explico: Una gabardina negra será probablemente la más formal (y ciertamente la más difícil de combinar) aunque, también es en mi opinión la más elegante y la que da un efecto visual más impresionante a la hora de contrastarse con los grises días nublados en los que normalmente se usa. Luego vendrá la gabardina en azul marino y por último la clásica e inigualable gabardina en color beige (la más versátil); asimismo, una gabardina de doble botonadura se considerará más formal que una con una sola hilera de botones y por último, la gabardina larga es más formal que la gabardina más corta.



También me parece importante hacer la distinción entre las gabardinas hechas para el otoño-invierno y los climas más bien fríos, mismas que contarán con algún forro (de algodón, lana, rayón, cupro, viscosa o poliéster) y las hechas más bien para la lluvia y el viento en aquellos días en que el frío realmente no es un problema, estas tienen una característica básica: no tienen ningún forro, haciéndolos no sólo más ligeros sino más respirables (de otra manera seguramente te cocinarías al vapor al usarlos en la lluvia veraniega) en esta prenda será especialmente importante que busques fibras naturales o bien variantes ultraligeras de mezclas (nunca 100% fibras sintéticas) que te permitan mantener el fresco evitando la lluvia, claro está que para que logres triunfar en esos escenarios será el que tu atuendo bajo la gabardina también sea ligero y respirable, tal y como se indica en la Guía del Verano.


¿Es la gabardina para tí?


Lo cierto es que la respuesta depende de dos cosas: tu estilo y el lugar en el que vives. Una gabardina puede ser muy útil si habitas en un lugar del mundo muy lluvioso o ventoso, especialmente si es más tendiente al frío, o bien puede ser tu abrigo de confianza si los inviernos no son particularmente duros en el lugar en donde vives. De definir esto por supuesto que te encargas tú. Lo cierto es que si no llueve mucho o el viento es fácil de sobrellevar una gabardina quizás sea un gasto innecesario, tampoco será tan útil si hace mucho calor la mayoría del tiempo y no llueve. En cuanto a tu estilo, si eres más bien tendiente a la estampa sartorial, sin duda alguna se convertirá en un indispensable para tu guardarropa, si eres más casual y vas más "con las tendencias" probablemente no sea tu elección primordial, pues, al ser tan clásica y masculina, finalmente muchas veces la gabardina se transforma fácilmente en una pieza llamativa y poderosa.


Ahora lo sabes Astyler. Tienes los secretos para llevar con orgullo esta prenda clásica del guardarropa masculino. Para más artículos sobre prendas clásicas y cómo usarlas puedes dar click aquí. Yo me despido deseándote un gran día en tu camino sartorial.


Encuentra tu estilo.


-A



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